Manuel Toharia: El apocalipsis no está tan cerca como dicen, pero viviremos cada vez peor si no actuamos
Javier Cacho: Es preocupante el excesivo predominio de la economía sobre la ecología
Conceptos como la insostenibilidad, la celeridad de los cambios, la eficiencia o el problema global de la energía, entre otros muchos han removido conciencias hoy en el primer cara a cara de la duodécima temporada del Cornellà Creació Fòrum. Los científicos y divulgadores Manuel Toharia y Javier Cacho han sido los responsables, adentrándonos a todos los presentes en el trasfondo de las aristas del problema de la actual crisis climática. Bajo el título Crisis climática, la sostenibilidad todavía es posible, ambos invitados coinciden en constatar que todavía no es demasiado tarde. En palabras de Manuel Toharia, el apocalipsis no está tan cerca como dicen, pero viviremos cada vez peor si no actuamos ya, siendo más sostenibles. Es verdad que vivimos bien, pero debemos darnos cuenta de que esto tiene un coste sobre el Medio Ambiente y estas consecuencias deben preocuparnos, añade.
Con un tono coloquial y ameno, la charla entre los dos protagonistas de hoy nos ha hecho partícipes de una radiografía de la realidad actual: cambio climático, contaminación de los mares y océanos, incremento de desechos, biodiversidad en disminución, superpoblación planetaria … Según nuestros invitados, tenemos una excesiva dependencia de energías no renovables, muy contaminantes y con altos costes ambientales. El consumo de energía en el último siglo se ha multiplicado por más de veinte, puntualiza Javier Cacho. La situación es del todo negativa y es necesario un cambio urgente en las formas de actuar.
Tanto Javier Cacho como Manuel Toharia apuntan que hace medio siglo que los expertos alertan de las reducciones anormales de la capa de ozono, vista como señal de alarma. Y es que los cambios de clima a largo plazo siempre han existido en nuestro planeta. Ambos insisten en que lo que debería preocuparnos como sociedad es nuestra incidencia en este cambio climático, la velocidad con la que se está produciendo y sus consecuencias negativas. No hay un solo responsable, pero en la base está nuestro desaforado consumo de fuentes de energía no renovables y muy contaminantes, coinciden los ponentes. Por su parte, Javier Cacho puntualiza que la deforestación por conseguir nuevas tierras para la producción de alimentos o forraje impide el normal funcionamiento de los ecosistemas naturales. El efecto invernadero, los gases responsables, el calentamiento... No lo sabemos todo, es un problema complejo y de escala planetaria, pero, lo que ya sabemos, es preocupante y exige actuar con rapidez para evitar que el problema se agrave, comparten.
Javier Cacho y Manuel Toharia ven en el consumo de la energía la gran matriz del problema. Hay que tomar medidas contra el desaforado consumo de energías no renovables, la fuente de toda una serie de males, dice Manuel Toharia. Nuestros invitados añaden que los combustibles fósiles apenas han disminuido su importancia como fuente de energía global desde finales del siglo pasado. Hace un siglo el carbón suponía el 90%, las renovables (sobre todo la leña) el resto. A mediados del siglo XX el petróleo y el carbón suponían por mitad casi el 90%. A finales del siglo XX este porcentaje fue reduciéndose levemente hasta llegar al 75-80% cuando la crisis económica de hace doce años. Hoy hemos vuelto al 80-82%. En este sentido, los ponentes han hecho reflexionar sobre la credibilidad de las nuevas formas de energía que vienen como la fusión termonuclear, geotermia, etc, y respecto a la pregunta si hay soluciones, ellos defienden que no hay definitivas, pero sí parciales y posibles. La eficiencia de los procesos puede mejorarse. Ambos destacan la eficiencia energética como clave en la mejora de la situación.
Y en todo esto, Javier Cacho y Manuel Toharia enumeran más problemas como el hecho de no saber qué hacer con los residuos, estamos empobreciendo la vida marina, consumo excesivo de alimentos de origen animal en vez de consumir más de origen vegetal, las selvas tropicales están cada vez más amenazadas, el aumento de la temperatura de la atmósfera tiene una especial incidencia en los océanos y regiones polares, lo que provocará la progresiva fusión de los hielos y un aumento del nivel de los mares, excesivo predominio de la economía sobre la ecología, sacralización del bienestar material por encima del bienestar más sostenible y más equitativo a nivel mundial, entre otros muchos.
Sin embargo, el mensaje final es esperanzador y ambos coinciden en destacar que todavía estamos a tiempo de mejorar la situación, alejándose de una posición catastrofista.
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Javier Cacho ha sido investigador de la Comisión Nacional de Investigación del Espacio y miembro de la Primera Expedición Científica Española en la Antártida, donde volvió siete veces más, tres como jefe de la base antártica española. Ha sido colaborador de la Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología, Secretario del Comité Nacional de Investigación Antártica, delegado alternativo de España en el Scientific Committe on Antarctic Research y Director de la Unidad de Cultura Científica del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial. En los últimos años ha escrito varios ensayos sobre exploración polar y ha sido profesor honorario de la Sociedad de Estudios Internacionales. Ha sido distinguido con la Medalla al Mérito Aeronáutico por el Ministerio de Defensa de España. Es el único español vivo que, por decisión de la máxima autoridad internacional de investigación en la Antártida, tiene una isla con su nombre en la Antártida: Cacho Island.
Manuel Toharia es un fiel defensor de la ciencia y la cultura científica. Su trabajo se ha centrado siempre en la divulgación científica a través de libros, prensa escrita, radio, televisión y museos de ciencia. Dirigió el Museo Interactivo de la Ciencia Acciona en Madrid (1995-96), reconstruido y ampliado como Museo de la Ciencia de la Fundación La Caixa que dirigió hasta 1999. Ese mismo año le encargaron el proyecto del futuro Museo de las Ciencias Príncipe y después fue el director científico de La Ciudad de las Artes y Las Ciencias hasta 2015 cuando aceptó ser el asesor científico del Oceanogràfic de Valencia. Entre 2003 y 2010 presidió la Asociación Española de Comunicación Cienfífica. A lo largo de su carrera ha recibido numerosos galardones como el premio de Periodismo Científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y el Premio en el Fomento del Ahorro energético del Ministerio de Industria.
Cornellà de Ll. 6 mayo 2022