El Cornellà Creació Fòrum ha acogido hoy la visita de Kepa Aulestia que nos ha expuesto la conferencia “Salidas para un problema sin solución”. En su intervención, Aulestia analiza la situación política y social en Cataluña, desde un punto de vista positivo en busca de salidas intentando aplicar un mínimo de perspectiva. Según Aulestia, cuando hay un problema sin solución es necesario encontrar una salida que permita una solventarlo más adelante. Por el contrario, cuando ni siquiera se busca esta salida, el problema se enquista y se gangrena, afirma.

Para Kepa Aulestia, el verdadero problema es la espiral que atenaza Cataluña. Centenares de miles de catalanas y catalanes prefieren o desean un estado propio en forma de república. Se manifiestan activa y electoralmente en este sentido. Muchas y muchos de ellos viven, ya, 'en la independencia', en cuanto que se sienten fuera del Estado español. No se consideran españoles; incluso aborrecen que se las trate como tales. Nuestro conferenciante considera que la salida no es un referéndum pactado porque generaría más problemas de los que pudiera resolver, independiente del resultado que diera.

El periodista y articulista ha apuntado también que la espiral generada entre determinadas actuaciones del independentismo institucional y del independentismo social y las réplicas políticas y judiciales a las mismas describe una escalada que bordea la sinrazón, y que genera un abismo creciente entre el estado de opinión secesionista y el estado de opinión unionista en Cataluña. Esta espiral afecta a los dos valores en juego: la legalidad y la legitimidad.

Para Kepa Aulestia el problema no solamente no tiene solución, sino que sus protagonistas principales tienden a alejarse de las posibles salidas. Y no duda al culpar al Estado constitucional que tiende a endosarle el problema al independentismo, y este hace el propio con el Estado constitucional; de forma que nadie se hace cargo de procurar la búsqueda de salidas ahora mismo que permitan pensar en soluciones más adelante.

Aulestia ha enumerado seis posibles salidas en su ponencia. La primera, entender que la convivencia democrática es un ejercicio de renuncia en cuanto a las aspiraciones particulares en favor del interés común. La segunda salida es la necesidad de 'desjudicializar' el litigio. Como tercera vía, el conferenciante apunta la necesidad de asumir la estabilidad política e institucional y la normalidad legal como valores compartidos, de forma que nadie pretenda revolver permanentemente las aguas; sea para hacerse valer en la incertidumbre, sea por cronificar la aplicación del 155. La única manera de desactivar la espiral es la denuncia expresa de las posiciones extremas de la polarización, a la busca de un cauce central.

Como cuarta salida, él cree en la conveniencia de recuperar el aprecio hacia el autogobierno realmente existente, para, a partir de aquí, encontrar entre todos un camino que nos devuelva al Estatuto previo a su ‘cepillado’ y sentencia. La quinta salida haría imprescindible rehabilitar la presencia e influencia de las formaciones soberanistas catalanas en el Congreso y en el Senado. Sea la que sea la meta a la cual se llegue, en el 'mientras tanto' tiene que prevalecer la convivencia y la cooperación. Y la sexta salida que propongo está en los partidos, afirma. El ‘Procés’ está acabando con ellos en Cataluña. Y no es posible asegurar el gobierno de la Generalitat sin partidos.

Como conclusión, seis salidas que demandan una moratoria, no ya para el ‘Procés’, sino para Cataluña. Una moratoria que obliga a dar unos cuántos pasos atrás, una moratoria para trazar salidas, ha concluido.